Siempre me ha estresado no tomar el primer bus que me lleve
a casa, no ser la primera en llegar a la oficina, no terminar lo que empiezo; en
resumen, dejar pasar la primera oportunidad. Me súper choca ver pasar lo que
podría haber estado en mis manos, lo que pudo haber sido mío. A mí no me gusta
esperar a ver qué más pasa. Yo me subo al bus, yo llego primero, yo termino lo
que empiezo.
Me han dicho que si doy una vuelta quizá encuentre algo
mejor, también me han dicho que tomar lo primero con lo que choco me cierra las
oportunidades de aprender. Yo no veo por qué, si me gusta, lo tomo; si me
interesa, lucho por ello; si es aquí y ahora, no me niego. He encontrado
extraordinarios tesoros con esta forma de vivir.
Costo, beneficio. A veces sí, soy súper huevas y me quedo
con la primera oportunidad por apatía, pero recibo alguna que otra recompensa
hipócrita. Así que lo diré aquí, casual: No me importa, me vale, me vale, me
vale, seguiré haciéndolo, porque no me gusta esperar, porque me obsesiono con
lo que amo, porque sé quién soy, sé lo que quiero y cómo lo quiero.
Lástima por aquellos arrepentidos, la oportunidad se les
fue.
MÍO
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