jueves, 9 de julio de 2015

El privilegio de hacer lo que amas

¡Qué privilegio es el saber por qué hago lo que hago! Muchas veces he renegado porque no tengo la libertad creativa de poder escribir y hablar sobre temas que para mí son importantísimos para las personas, pero eso ha cambiado muchísimo en estos días.

El estudiar comunicación y trabajar en los medios es en verdad una gran responsabilidad, lo que más me gusta hacer es hacer felices a las personas con mi trabajo, ofrecerles información que les ayude a resolver problemas o simplemente  entretenerlos, el hecho es hacerlas sentir bien. Es neta.

He tomado la decisión de salir de muchos trabajos porque yo en lo particular no soy feliz haciendo lo que hago, o porque no me siento con la libertad de expresarme como creo es necesario (los medios no son tan glamurosos como parecen). El sacrificio es casi siempre económico, el ser un tanto utópica, idealista e intolerante me ha hecho ganar menos dinero de lo que me gustaría, pero siempre ha valido la pena.

En los últimos meses aprendí muchísimo (bueno, en realidad creo que ha pasado más de un año), estuve en lugares que me enseñaron un mundo entero y donde conocí a personas que se apasionan por lo que hacen (no siempre en el buen sentido). Estoy realmente agradecida por lo que viví.

Hoy tengo el privilegio de decidir sobre qué escribir y cómo hacerlo, hay lineamientos, es cierto, pero lo más maravilloso es que escribo con AMOR y es wow, soy pobre, pero WOW, qué increíble y qué privilegio es para mí ofrecerle a las personas información útil, no tan útil, bobadas para sonreír, pensamientos, frases, poemas, chistes e ilusiones con canciones llenas de amor.

Cada entrevista que cubro me deja muy motivada, sobre todo cuando se siente la buena vibra. Hoy fue uno de esos días y me hizo pensar en el GRAN privilegio de estar en donde estoy y sobre todo haciendo lo que me gusta: hacer felices a las personas, lo sé porque gracias a lo que hago puedo leer sus comentarios, no saben quién soy yo, ni yo quiénes son, pero ambos lados sabemos qué nos decimos. Orgullosamente soy CM de una cuenta muy amorosa.

Cuando leí la frase, de esas tantas que busco por mi trabajo: “Si no te gusta donde estás ¡muévete! No eres un árbol.”-Jim Rohn, todo tuvo sentido para mí. Me moví a un lugar donde valoro mi trabajo y sobre todo donde me valoro como persona. Los días han pasado ligeros, muy apretaditos porque ahora tengo que hacer cosas como cocinar (que odio) para poder ahorrar un poco más, pero lo reitero, el sacrificio ha valido la pena.

Es bueno para mí reconocer que las decisiones que he tomado no han sido en vano, que no han sido malas y que mientras haga aquello que vaya acorde a mis valores, nada puede salir mal. No puedo compararme con alguien con un trabajo distinto, incluso similar, porque las experiencias no han sido las mismas. Cada quien tiene sus propios sacrificios, sus propios retos y sus propios objetivos.

No sé si realmente ser CM sea algo que deba hacer por siempre, pero estoy segura que haga lo que haga: locución, escribir, comunitear, hacer manualidades (no de las malpensadas), caricaturas, o lo que tenga que ver con mis habilidades “creativas”, haga lo que haga tiene que hacer felices a las personas y punto.


Aquí nomás, hablando sobre AMOR… Sólo Música Romántica. 














viernes, 3 de julio de 2015

Amordazar al amor

Amar no es fácil. Yo creí que un concepto tan universal como el “amor” tendría derivaciones sencillas y aplicables al mundo entero, pero mi error radica en que el “amor” es universal, pero el “amar” es tremendamente particular.

Sin darme cuenta empecé a maltratar al amor y terminé amordazándolo. Yo esperaba que lo que sentía fuera correspondido en la misma intensidad y de la misma forma hacia mí, pero en muchas ocasiones una de las variables no era como yo quería y entonces, el caos.

Pensaba que el amor también podía provocar reacciones negativas, pero me di cuenta que no era así, sino la forma en la que yo amaba, y esperaba que me amaran, lo que provocaba esas reacciones. La falta de cariño y de demostraciones de afecto te vuelven vulnerable y, con el tiempo, intolerante, esas ganas de afecto se convierten en una obsesión y con ello te lastimas.

A mí me hacía falta cariño, no amor. La forma en la que las personas aman puede no ser la que esperas, pero eso no significa que no te amen. Puede ser que “necesites” que te amen de una forma, pero aprendí que la exigencia debe empezar por ti, el amarte, quererte y darte cariño a ti mismo no es cosa fácil, porque el amar no lo es.

Tratar de explicar cómo necesitas ser amado es a veces hacer sufrir a la persona que amas, porque no entiende lo que necesitas, porque aprendió a amar distinto, porque la forma de expresar su amor puede ser no la que esperas, pero en ocasiones sí se vuelve la que necesitas.

Amordazar el amor es alejar a las personas que amas esperando que te amen como tú quieres, es no escucharlas, es no intentar hacer un esfuerzo por hacer lo que te piden con prudencia, es sofocarlas con exigencias que ni tú mismo puedes cumplir, es forzarlas a no ser ellas mismas tratando de cambiarlas, es no reconocerles cuando algo hacen bien, es insultarlas con hechos y palabras, es hacer que estén contigo sin respiro y sin tomar en cuenta sus propios deseos, gustos y sueños. Amordazar el amor es quitarle a la persona que amas la libertad de amar.

Insisto, amar no es fácil, pero si tan sólo no amordazáramos al amor con miedo a perderlo, si tan solo dejáramos que fluyera siendo libre en formas que igual no imaginamos. Si nos dedicamos a cuidarnos, comiendo bien, haciendo ejercicio, apapachándonos, buscando cosas que nos hagan felices y haciéndolas, no dañando a los otros y sonriéndoles en cambio... sin tan sólo el amar fuera fácil.

Por el momento, yo sigo quitando restos de mordaza, espero que el amor al que maltraté me perdone.

¡No más violencia contra el amor!




jueves, 9 de julio de 2015

El privilegio de hacer lo que amas

¡Qué privilegio es el saber por qué hago lo que hago! Muchas veces he renegado porque no tengo la libertad creativa de poder escribir y hablar sobre temas que para mí son importantísimos para las personas, pero eso ha cambiado muchísimo en estos días.

El estudiar comunicación y trabajar en los medios es en verdad una gran responsabilidad, lo que más me gusta hacer es hacer felices a las personas con mi trabajo, ofrecerles información que les ayude a resolver problemas o simplemente  entretenerlos, el hecho es hacerlas sentir bien. Es neta.

He tomado la decisión de salir de muchos trabajos porque yo en lo particular no soy feliz haciendo lo que hago, o porque no me siento con la libertad de expresarme como creo es necesario (los medios no son tan glamurosos como parecen). El sacrificio es casi siempre económico, el ser un tanto utópica, idealista e intolerante me ha hecho ganar menos dinero de lo que me gustaría, pero siempre ha valido la pena.

En los últimos meses aprendí muchísimo (bueno, en realidad creo que ha pasado más de un año), estuve en lugares que me enseñaron un mundo entero y donde conocí a personas que se apasionan por lo que hacen (no siempre en el buen sentido). Estoy realmente agradecida por lo que viví.

Hoy tengo el privilegio de decidir sobre qué escribir y cómo hacerlo, hay lineamientos, es cierto, pero lo más maravilloso es que escribo con AMOR y es wow, soy pobre, pero WOW, qué increíble y qué privilegio es para mí ofrecerle a las personas información útil, no tan útil, bobadas para sonreír, pensamientos, frases, poemas, chistes e ilusiones con canciones llenas de amor.

Cada entrevista que cubro me deja muy motivada, sobre todo cuando se siente la buena vibra. Hoy fue uno de esos días y me hizo pensar en el GRAN privilegio de estar en donde estoy y sobre todo haciendo lo que me gusta: hacer felices a las personas, lo sé porque gracias a lo que hago puedo leer sus comentarios, no saben quién soy yo, ni yo quiénes son, pero ambos lados sabemos qué nos decimos. Orgullosamente soy CM de una cuenta muy amorosa.

Cuando leí la frase, de esas tantas que busco por mi trabajo: “Si no te gusta donde estás ¡muévete! No eres un árbol.”-Jim Rohn, todo tuvo sentido para mí. Me moví a un lugar donde valoro mi trabajo y sobre todo donde me valoro como persona. Los días han pasado ligeros, muy apretaditos porque ahora tengo que hacer cosas como cocinar (que odio) para poder ahorrar un poco más, pero lo reitero, el sacrificio ha valido la pena.

Es bueno para mí reconocer que las decisiones que he tomado no han sido en vano, que no han sido malas y que mientras haga aquello que vaya acorde a mis valores, nada puede salir mal. No puedo compararme con alguien con un trabajo distinto, incluso similar, porque las experiencias no han sido las mismas. Cada quien tiene sus propios sacrificios, sus propios retos y sus propios objetivos.

No sé si realmente ser CM sea algo que deba hacer por siempre, pero estoy segura que haga lo que haga: locución, escribir, comunitear, hacer manualidades (no de las malpensadas), caricaturas, o lo que tenga que ver con mis habilidades “creativas”, haga lo que haga tiene que hacer felices a las personas y punto.


Aquí nomás, hablando sobre AMOR… Sólo Música Romántica. 














viernes, 3 de julio de 2015

Amordazar al amor

Amar no es fácil. Yo creí que un concepto tan universal como el “amor” tendría derivaciones sencillas y aplicables al mundo entero, pero mi error radica en que el “amor” es universal, pero el “amar” es tremendamente particular.

Sin darme cuenta empecé a maltratar al amor y terminé amordazándolo. Yo esperaba que lo que sentía fuera correspondido en la misma intensidad y de la misma forma hacia mí, pero en muchas ocasiones una de las variables no era como yo quería y entonces, el caos.

Pensaba que el amor también podía provocar reacciones negativas, pero me di cuenta que no era así, sino la forma en la que yo amaba, y esperaba que me amaran, lo que provocaba esas reacciones. La falta de cariño y de demostraciones de afecto te vuelven vulnerable y, con el tiempo, intolerante, esas ganas de afecto se convierten en una obsesión y con ello te lastimas.

A mí me hacía falta cariño, no amor. La forma en la que las personas aman puede no ser la que esperas, pero eso no significa que no te amen. Puede ser que “necesites” que te amen de una forma, pero aprendí que la exigencia debe empezar por ti, el amarte, quererte y darte cariño a ti mismo no es cosa fácil, porque el amar no lo es.

Tratar de explicar cómo necesitas ser amado es a veces hacer sufrir a la persona que amas, porque no entiende lo que necesitas, porque aprendió a amar distinto, porque la forma de expresar su amor puede ser no la que esperas, pero en ocasiones sí se vuelve la que necesitas.

Amordazar el amor es alejar a las personas que amas esperando que te amen como tú quieres, es no escucharlas, es no intentar hacer un esfuerzo por hacer lo que te piden con prudencia, es sofocarlas con exigencias que ni tú mismo puedes cumplir, es forzarlas a no ser ellas mismas tratando de cambiarlas, es no reconocerles cuando algo hacen bien, es insultarlas con hechos y palabras, es hacer que estén contigo sin respiro y sin tomar en cuenta sus propios deseos, gustos y sueños. Amordazar el amor es quitarle a la persona que amas la libertad de amar.

Insisto, amar no es fácil, pero si tan sólo no amordazáramos al amor con miedo a perderlo, si tan solo dejáramos que fluyera siendo libre en formas que igual no imaginamos. Si nos dedicamos a cuidarnos, comiendo bien, haciendo ejercicio, apapachándonos, buscando cosas que nos hagan felices y haciéndolas, no dañando a los otros y sonriéndoles en cambio... sin tan sólo el amar fuera fácil.

Por el momento, yo sigo quitando restos de mordaza, espero que el amor al que maltraté me perdone.

¡No más violencia contra el amor!