lunes, 24 de febrero de 2014

Ideales inmortales

No deberíamos enamorarnos de ideales inmortales, no existen. Los cambios también los matan, corrompen o mejoran, who knows. Me acostumbré a pensar que el “para siempre” podía existir y me falló el cálculo, así nomás, el edificio que estaba hecho de ladrillos se transformó en uno de naipes y me asusté mucho. Reaccioné mal.

Este año se volvió una loca y no sé cómo tratarlo. Hubo cambios fuera de mí que modificaron mis bases, nada de encimita, realmente llegaron a los pilares que me sostenían. Me dijeron cosas que jamás creí escuchar, desconocí a las personas y en ocasiones también a mí misma, eso pasa cuando cambian tu esquema, cuando descubres que la inmortalidad es para los ilusos.

Yo también modifiqué mi estructura, arriesgué mi comodidad por un nuevo destino, sonaba atractivo cuando lo decidí, flaqueé cuando sucedía y ahora lloriqueo por las calles. Extraño mucho lo que logré, aunque poco a poco me doy cuenta que los logros importantes están en el “sólo por hoy”. No quiero caer en la soberbia de creer saberlo todo, con lagrimitas y así, acepto el reto de dejar lo que hice en ocho años fuera de la universidad, por aprender mucho más.

Lo pongo por escrito porque se lo merece la plática que tuve el domingo por la tarde. Me dijeron que uno nunca termina de esforzarse, pero que se vale tomar descansos, de todo. Reconozco que hay días en los que no sé qué es lo que quiero y me frustro mucho por ello, pero en la plática descubrí que a veces no tengo por qué saberlo y si pasa, es mejor distraerse del asunto. ¡Buéh! Es más fácil escribirlo que hacerlo.

El 2014 apenas lleva dos meses y ya hubo grandes cambios, me intriga saber lo que me esperan los días. Lo que sí me queda claro es que necesito depurar mi cabecita, acomodar lo que me toca y entregar lo que no. El ideal de vida del que tanto hablaba mamá se puede lograr, pero no sería justo volverlo a etiquetar como inmortal, porque los cambios existen lo quiera o no.

P.D. “Sólo por hoy” voy a comerme unas galletitas de chocolate aunque no haya hecho ejercicio. Mentira, sí hice. :P







lunes, 24 de febrero de 2014

Ideales inmortales

No deberíamos enamorarnos de ideales inmortales, no existen. Los cambios también los matan, corrompen o mejoran, who knows. Me acostumbré a pensar que el “para siempre” podía existir y me falló el cálculo, así nomás, el edificio que estaba hecho de ladrillos se transformó en uno de naipes y me asusté mucho. Reaccioné mal.

Este año se volvió una loca y no sé cómo tratarlo. Hubo cambios fuera de mí que modificaron mis bases, nada de encimita, realmente llegaron a los pilares que me sostenían. Me dijeron cosas que jamás creí escuchar, desconocí a las personas y en ocasiones también a mí misma, eso pasa cuando cambian tu esquema, cuando descubres que la inmortalidad es para los ilusos.

Yo también modifiqué mi estructura, arriesgué mi comodidad por un nuevo destino, sonaba atractivo cuando lo decidí, flaqueé cuando sucedía y ahora lloriqueo por las calles. Extraño mucho lo que logré, aunque poco a poco me doy cuenta que los logros importantes están en el “sólo por hoy”. No quiero caer en la soberbia de creer saberlo todo, con lagrimitas y así, acepto el reto de dejar lo que hice en ocho años fuera de la universidad, por aprender mucho más.

Lo pongo por escrito porque se lo merece la plática que tuve el domingo por la tarde. Me dijeron que uno nunca termina de esforzarse, pero que se vale tomar descansos, de todo. Reconozco que hay días en los que no sé qué es lo que quiero y me frustro mucho por ello, pero en la plática descubrí que a veces no tengo por qué saberlo y si pasa, es mejor distraerse del asunto. ¡Buéh! Es más fácil escribirlo que hacerlo.

El 2014 apenas lleva dos meses y ya hubo grandes cambios, me intriga saber lo que me esperan los días. Lo que sí me queda claro es que necesito depurar mi cabecita, acomodar lo que me toca y entregar lo que no. El ideal de vida del que tanto hablaba mamá se puede lograr, pero no sería justo volverlo a etiquetar como inmortal, porque los cambios existen lo quiera o no.

P.D. “Sólo por hoy” voy a comerme unas galletitas de chocolate aunque no haya hecho ejercicio. Mentira, sí hice. :P