jueves, 26 de febrero de 2015

Besito, patada en el culo



¡Qué loco! He leído muchas reseñas sobre la película “50 sombras de Grey”, la mayoría son nefastas, critican el “maltrato” a la mujer, la sumisión, la manipulación y la violencia. Bueno, a mí la película me gustó, simplemente porque es sólo eso: una película (palomera, por cierto). No entiendo por qué tanto drama.

Sinceramente no creo que una cinta cambie o manipule a las jovencitas a permitir ser maltratadas, eso se aprende a diario y en casa. Tampoco creo que sea para persignarse, yo considero que es la visión de una escritora, así como alguna vez la tuvo aquel famoso Marqués de Sade (claro, no al mismo nivel).

A mí me preocupan más personas “sanas” que sí se dejan manipular todos los días y mucho antes de que la película o el libro se mencionaran. Hablo de las mujeres que permiten que el hombre las golpeé porque es su disque “derecho” como marido.

Hablo también de las chicas que permiten que sus novios las traten de la “popó” y lo justifiquen con un “tuvo una vida difícil”, “en ocasiones me trata muy bien y eso compensa todo lo demás”, el típico “besito, patada en el culo”. También hablo de los hombres que siguen con una mujer que le es infiel porque creen que jamás encontrarán a alguien mejor.

Hablo de la violencia en las escuelas, de los estereotipos, del nerd y el popular, del que maltrata y se deja maltratar, no necesariamente en el sexo o en una relación de pareja. En todos lados hay “dominantes” y “sumisos”. A veces, sí, es cómodo ser “sumiso”, dejar la responsabilidad de uno mismo en alguien más resulta ser un alivio.

Pero también está el lado “dominante” en el que uno debería tomar las decisiones conforme a nuestros deseos, lo conveniente es que sean buenos y que favorezcan a nuestra plenitud como seres humanos y a ser felices sin dañar a los demás, pero controlar eso en cada persona, es imposible. Mejor, disfrutemos ciertas historias con criterio y ya está.

Tanto drama por una película, miren a su alrededor y preocúpense, miren las pequeñas y grandes actitudes, miren la violencia que hay a su alrededor, no sólo por golpes, también en palabras. Hace falta hacer que las personas piensen, amen y respeten.

Neta, ¿tanto drama por una película?








viernes, 20 de febrero de 2015

La maldición de la nerd

Es neta, mi mamá me castigaba con no ir a la escuela si no me comía las verduritas, ella sabía cuánto amaba ir a la escuela, las mamás siempre saben. Si me comí o no las verduritas, es otra historia, pero hoy pensando en el castigo me doy cuenta la importancia que tuvo la escuela para mí.

Decir que era ñoña a estas alturas me da pena, no sólo porque al parecer me perdí de muchas cosas por hacer tareas, sino también porque se siente como si estuviera presumiendo que era la de dieces, y es que últimamente eso de ser nerd está de moda, no sé, yo sólo lo era en el mundo de los estereotipos.

La escuela fue lo máximo para mí, me encantaba aprender cosas nuevas, hacer tareas y que quedaran bonitas, me gustaba escuchar las historias de algunos profesores (por cierto, tuve increíbles maestros), me gustaba usar uniforme, salir temprano y obtener beneficios coquetos como más vacaciones porque para mí no existían los extraordinarios.

Lo que más me gustaba de ir a la escuela y que ahora comprendo, era que mi personalidad tímida y silenciosa no era impedimento para obtener lo que quería, para ser reconocida y para alcanzar mis objetivos; al contrario, era parte del paquete, los profesores confiaban en mí, así que mi esfuerzo era suficiente para obtener mi preciado diez.

Fui tan FELIZ en la escuela, pero tan feliz, que hoy quiero contarles sobre la maldición de la nerd. Ahora, no sólo esforzarte es suficiente para lograr tus objetivos, aunado a que los objetivos son más complicados, ahora tienes que saber con quién acercarte, a quién hablarle, con quién llevarte bien y otras cosas que a veces no tienen mucho qué ver con tu trabajo.

Tienes que ser más “despiertita”, menos callada, menos tímida, tienes que aprender a equilibrar tu trabajo para que no se manchen en dejarte todo a ti, tienes que adaptarte a un horario completo, a tener el mismo “profesor” (jefe) por tiempo indefinido sin posibilidad a que termine el año o el semestre y se cambie.

La vida fuera de la escuela es muy complicada, y esa personalidad que yo veía en los chicos populares ahora es mucho más valorada en el trabajo, cuando antes sólo era valorada en círculos sociales y no influía tanto en las calificaciones, a menos que algún nerd les hiciera las tareas sólo por bonitos. Odio tener que cambiar ciertas cosas de mí para “llegar lejos”.

Nunca creí que estar fuera de la escuela fuera tan difícil y a veces creo que esa es mi maldición, haber amado tanto la escuela que ahora estar fuera sea tan triste, sobre todo cuando escucho algunas historias de personas que están en el mismo medio que yo y me dicen que eran de los que odiaban la escuela y ahora son tan felices en su trabajo. Así, yo lo llamo la maldición de la nerd.








jueves, 26 de febrero de 2015

Besito, patada en el culo



¡Qué loco! He leído muchas reseñas sobre la película “50 sombras de Grey”, la mayoría son nefastas, critican el “maltrato” a la mujer, la sumisión, la manipulación y la violencia. Bueno, a mí la película me gustó, simplemente porque es sólo eso: una película (palomera, por cierto). No entiendo por qué tanto drama.

Sinceramente no creo que una cinta cambie o manipule a las jovencitas a permitir ser maltratadas, eso se aprende a diario y en casa. Tampoco creo que sea para persignarse, yo considero que es la visión de una escritora, así como alguna vez la tuvo aquel famoso Marqués de Sade (claro, no al mismo nivel).

A mí me preocupan más personas “sanas” que sí se dejan manipular todos los días y mucho antes de que la película o el libro se mencionaran. Hablo de las mujeres que permiten que el hombre las golpeé porque es su disque “derecho” como marido.

Hablo también de las chicas que permiten que sus novios las traten de la “popó” y lo justifiquen con un “tuvo una vida difícil”, “en ocasiones me trata muy bien y eso compensa todo lo demás”, el típico “besito, patada en el culo”. También hablo de los hombres que siguen con una mujer que le es infiel porque creen que jamás encontrarán a alguien mejor.

Hablo de la violencia en las escuelas, de los estereotipos, del nerd y el popular, del que maltrata y se deja maltratar, no necesariamente en el sexo o en una relación de pareja. En todos lados hay “dominantes” y “sumisos”. A veces, sí, es cómodo ser “sumiso”, dejar la responsabilidad de uno mismo en alguien más resulta ser un alivio.

Pero también está el lado “dominante” en el que uno debería tomar las decisiones conforme a nuestros deseos, lo conveniente es que sean buenos y que favorezcan a nuestra plenitud como seres humanos y a ser felices sin dañar a los demás, pero controlar eso en cada persona, es imposible. Mejor, disfrutemos ciertas historias con criterio y ya está.

Tanto drama por una película, miren a su alrededor y preocúpense, miren las pequeñas y grandes actitudes, miren la violencia que hay a su alrededor, no sólo por golpes, también en palabras. Hace falta hacer que las personas piensen, amen y respeten.

Neta, ¿tanto drama por una película?








viernes, 20 de febrero de 2015

La maldición de la nerd

Es neta, mi mamá me castigaba con no ir a la escuela si no me comía las verduritas, ella sabía cuánto amaba ir a la escuela, las mamás siempre saben. Si me comí o no las verduritas, es otra historia, pero hoy pensando en el castigo me doy cuenta la importancia que tuvo la escuela para mí.

Decir que era ñoña a estas alturas me da pena, no sólo porque al parecer me perdí de muchas cosas por hacer tareas, sino también porque se siente como si estuviera presumiendo que era la de dieces, y es que últimamente eso de ser nerd está de moda, no sé, yo sólo lo era en el mundo de los estereotipos.

La escuela fue lo máximo para mí, me encantaba aprender cosas nuevas, hacer tareas y que quedaran bonitas, me gustaba escuchar las historias de algunos profesores (por cierto, tuve increíbles maestros), me gustaba usar uniforme, salir temprano y obtener beneficios coquetos como más vacaciones porque para mí no existían los extraordinarios.

Lo que más me gustaba de ir a la escuela y que ahora comprendo, era que mi personalidad tímida y silenciosa no era impedimento para obtener lo que quería, para ser reconocida y para alcanzar mis objetivos; al contrario, era parte del paquete, los profesores confiaban en mí, así que mi esfuerzo era suficiente para obtener mi preciado diez.

Fui tan FELIZ en la escuela, pero tan feliz, que hoy quiero contarles sobre la maldición de la nerd. Ahora, no sólo esforzarte es suficiente para lograr tus objetivos, aunado a que los objetivos son más complicados, ahora tienes que saber con quién acercarte, a quién hablarle, con quién llevarte bien y otras cosas que a veces no tienen mucho qué ver con tu trabajo.

Tienes que ser más “despiertita”, menos callada, menos tímida, tienes que aprender a equilibrar tu trabajo para que no se manchen en dejarte todo a ti, tienes que adaptarte a un horario completo, a tener el mismo “profesor” (jefe) por tiempo indefinido sin posibilidad a que termine el año o el semestre y se cambie.

La vida fuera de la escuela es muy complicada, y esa personalidad que yo veía en los chicos populares ahora es mucho más valorada en el trabajo, cuando antes sólo era valorada en círculos sociales y no influía tanto en las calificaciones, a menos que algún nerd les hiciera las tareas sólo por bonitos. Odio tener que cambiar ciertas cosas de mí para “llegar lejos”.

Nunca creí que estar fuera de la escuela fuera tan difícil y a veces creo que esa es mi maldición, haber amado tanto la escuela que ahora estar fuera sea tan triste, sobre todo cuando escucho algunas historias de personas que están en el mismo medio que yo y me dicen que eran de los que odiaban la escuela y ahora son tan felices en su trabajo. Así, yo lo llamo la maldición de la nerd.