viernes, 3 de julio de 2015

Amordazar al amor

Amar no es fácil. Yo creí que un concepto tan universal como el “amor” tendría derivaciones sencillas y aplicables al mundo entero, pero mi error radica en que el “amor” es universal, pero el “amar” es tremendamente particular.

Sin darme cuenta empecé a maltratar al amor y terminé amordazándolo. Yo esperaba que lo que sentía fuera correspondido en la misma intensidad y de la misma forma hacia mí, pero en muchas ocasiones una de las variables no era como yo quería y entonces, el caos.

Pensaba que el amor también podía provocar reacciones negativas, pero me di cuenta que no era así, sino la forma en la que yo amaba, y esperaba que me amaran, lo que provocaba esas reacciones. La falta de cariño y de demostraciones de afecto te vuelven vulnerable y, con el tiempo, intolerante, esas ganas de afecto se convierten en una obsesión y con ello te lastimas.

A mí me hacía falta cariño, no amor. La forma en la que las personas aman puede no ser la que esperas, pero eso no significa que no te amen. Puede ser que “necesites” que te amen de una forma, pero aprendí que la exigencia debe empezar por ti, el amarte, quererte y darte cariño a ti mismo no es cosa fácil, porque el amar no lo es.

Tratar de explicar cómo necesitas ser amado es a veces hacer sufrir a la persona que amas, porque no entiende lo que necesitas, porque aprendió a amar distinto, porque la forma de expresar su amor puede ser no la que esperas, pero en ocasiones sí se vuelve la que necesitas.

Amordazar el amor es alejar a las personas que amas esperando que te amen como tú quieres, es no escucharlas, es no intentar hacer un esfuerzo por hacer lo que te piden con prudencia, es sofocarlas con exigencias que ni tú mismo puedes cumplir, es forzarlas a no ser ellas mismas tratando de cambiarlas, es no reconocerles cuando algo hacen bien, es insultarlas con hechos y palabras, es hacer que estén contigo sin respiro y sin tomar en cuenta sus propios deseos, gustos y sueños. Amordazar el amor es quitarle a la persona que amas la libertad de amar.

Insisto, amar no es fácil, pero si tan sólo no amordazáramos al amor con miedo a perderlo, si tan solo dejáramos que fluyera siendo libre en formas que igual no imaginamos. Si nos dedicamos a cuidarnos, comiendo bien, haciendo ejercicio, apapachándonos, buscando cosas que nos hagan felices y haciéndolas, no dañando a los otros y sonriéndoles en cambio... sin tan sólo el amar fuera fácil.

Por el momento, yo sigo quitando restos de mordaza, espero que el amor al que maltraté me perdone.

¡No más violencia contra el amor!




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viernes, 3 de julio de 2015

Amordazar al amor

Amar no es fácil. Yo creí que un concepto tan universal como el “amor” tendría derivaciones sencillas y aplicables al mundo entero, pero mi error radica en que el “amor” es universal, pero el “amar” es tremendamente particular.

Sin darme cuenta empecé a maltratar al amor y terminé amordazándolo. Yo esperaba que lo que sentía fuera correspondido en la misma intensidad y de la misma forma hacia mí, pero en muchas ocasiones una de las variables no era como yo quería y entonces, el caos.

Pensaba que el amor también podía provocar reacciones negativas, pero me di cuenta que no era así, sino la forma en la que yo amaba, y esperaba que me amaran, lo que provocaba esas reacciones. La falta de cariño y de demostraciones de afecto te vuelven vulnerable y, con el tiempo, intolerante, esas ganas de afecto se convierten en una obsesión y con ello te lastimas.

A mí me hacía falta cariño, no amor. La forma en la que las personas aman puede no ser la que esperas, pero eso no significa que no te amen. Puede ser que “necesites” que te amen de una forma, pero aprendí que la exigencia debe empezar por ti, el amarte, quererte y darte cariño a ti mismo no es cosa fácil, porque el amar no lo es.

Tratar de explicar cómo necesitas ser amado es a veces hacer sufrir a la persona que amas, porque no entiende lo que necesitas, porque aprendió a amar distinto, porque la forma de expresar su amor puede ser no la que esperas, pero en ocasiones sí se vuelve la que necesitas.

Amordazar el amor es alejar a las personas que amas esperando que te amen como tú quieres, es no escucharlas, es no intentar hacer un esfuerzo por hacer lo que te piden con prudencia, es sofocarlas con exigencias que ni tú mismo puedes cumplir, es forzarlas a no ser ellas mismas tratando de cambiarlas, es no reconocerles cuando algo hacen bien, es insultarlas con hechos y palabras, es hacer que estén contigo sin respiro y sin tomar en cuenta sus propios deseos, gustos y sueños. Amordazar el amor es quitarle a la persona que amas la libertad de amar.

Insisto, amar no es fácil, pero si tan sólo no amordazáramos al amor con miedo a perderlo, si tan solo dejáramos que fluyera siendo libre en formas que igual no imaginamos. Si nos dedicamos a cuidarnos, comiendo bien, haciendo ejercicio, apapachándonos, buscando cosas que nos hagan felices y haciéndolas, no dañando a los otros y sonriéndoles en cambio... sin tan sólo el amar fuera fácil.

Por el momento, yo sigo quitando restos de mordaza, espero que el amor al que maltraté me perdone.

¡No más violencia contra el amor!




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