Amar no es fácil. Yo creí que un concepto tan universal como
el “amor” tendría derivaciones sencillas y aplicables al mundo entero, pero mi
error radica en que el “amor” es universal, pero el “amar” es tremendamente
particular.
Sin darme cuenta empecé a maltratar al amor y terminé
amordazándolo. Yo esperaba que lo que sentía fuera correspondido en la misma
intensidad y de la misma forma hacia mí, pero en muchas ocasiones una de las
variables no era como yo quería y entonces, el caos.
Pensaba que el amor también podía provocar reacciones
negativas, pero me di cuenta que no era así, sino la forma en la que yo amaba,
y esperaba que me amaran, lo que provocaba esas reacciones. La falta de cariño
y de demostraciones de afecto te vuelven vulnerable y, con el tiempo,
intolerante, esas ganas de afecto se convierten en una obsesión y con ello te
lastimas.
A mí me hacía falta cariño, no amor. La forma en la que las
personas aman puede no ser la que esperas, pero eso no significa que no te
amen. Puede ser que “necesites” que te amen de una forma, pero aprendí que la
exigencia debe empezar por ti, el amarte, quererte y darte cariño a ti mismo no
es cosa fácil, porque el amar no lo es.
Tratar de explicar cómo necesitas ser amado es a veces hacer
sufrir a la persona que amas, porque no entiende lo que necesitas, porque
aprendió a amar distinto, porque la forma de expresar su amor puede ser no la
que esperas, pero en ocasiones sí se vuelve la que necesitas.
Amordazar el amor es alejar a las personas que amas
esperando que te amen como tú quieres, es no escucharlas, es no intentar hacer
un esfuerzo por hacer lo que te piden con prudencia, es sofocarlas con
exigencias que ni tú mismo puedes cumplir, es forzarlas a no ser ellas mismas
tratando de cambiarlas, es no reconocerles cuando algo hacen bien, es
insultarlas con hechos y palabras, es hacer que estén contigo sin respiro y sin
tomar en cuenta sus propios deseos, gustos y sueños. Amordazar el amor es
quitarle a la persona que amas la libertad de amar.
Insisto, amar no es fácil, pero si tan sólo no amordazáramos
al amor con miedo a perderlo, si tan solo dejáramos que fluyera siendo libre en
formas que igual no imaginamos. Si nos dedicamos a cuidarnos, comiendo bien,
haciendo ejercicio, apapachándonos, buscando cosas que nos hagan felices y
haciéndolas, no dañando a los otros y sonriéndoles en cambio... sin tan sólo el
amar fuera fácil.
Por el momento, yo sigo quitando restos de mordaza, espero
que el amor al que maltraté me perdone.
¡No más violencia contra el amor!
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