lunes, 28 de mayo de 2012

¡Amo mi presente!


En ocasiones me amarro al pasado como si supiera hacer nuditos de niña exploradora y no, en realidad debería amarrarme así sólo las agujetas de mis tenis. Tal parece que esas cuerditas lastiman más de lo que deberían. 

Ya no quiero hacer llamadas de larga distancia a lugares, tropiezos, palabras y rostros que no existen más en mi presente. No quiero llamar más porque hacen interferencia con lo que vivo, porque como sea, me merezco lo que pasa, sí, todo lo bueno. 

Paradójicamente, aquello que pasó no debe irse, porque cada cosa que fue trajo una vida nueva incluyendo "efectos especiales y fuegos artificiales". Así, como dice la canción "la vida entera nos espera". 

Y bueno, la tendencia lineal es así: pasado - miedo - reacción– pasado – enojo – tristeza – silencio – llanto – pelea – “las mismas palabras”– consuelo – sonrisa – hecho al azar – pasado. Y todo se repite cíclicamente. De esta pequeña fórmula lo único a lo que le tengo pavor son a dos cosas: Al miedo y al hecho al azar. 

Porque como bien dice la filosofía panda: “Uno siempre encuentra su destino en el camino que toma para evitarlo”. Le tengo miedo al abandono y a un “ya no te quiero más”. Odio al pasado por sus estragos, lo amo por lo que me dejó ser. No quiero atraer lo que detesto con tan solo pensarlo. 

Se aceptan propuestas para dejar estacionada la máquina del tiempo (en el desierto de preferencia). Quiero gritar todos los días: ¡AMO MI PRESENTE!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

lunes, 28 de mayo de 2012

¡Amo mi presente!


En ocasiones me amarro al pasado como si supiera hacer nuditos de niña exploradora y no, en realidad debería amarrarme así sólo las agujetas de mis tenis. Tal parece que esas cuerditas lastiman más de lo que deberían. 

Ya no quiero hacer llamadas de larga distancia a lugares, tropiezos, palabras y rostros que no existen más en mi presente. No quiero llamar más porque hacen interferencia con lo que vivo, porque como sea, me merezco lo que pasa, sí, todo lo bueno. 

Paradójicamente, aquello que pasó no debe irse, porque cada cosa que fue trajo una vida nueva incluyendo "efectos especiales y fuegos artificiales". Así, como dice la canción "la vida entera nos espera". 

Y bueno, la tendencia lineal es así: pasado - miedo - reacción– pasado – enojo – tristeza – silencio – llanto – pelea – “las mismas palabras”– consuelo – sonrisa – hecho al azar – pasado. Y todo se repite cíclicamente. De esta pequeña fórmula lo único a lo que le tengo pavor son a dos cosas: Al miedo y al hecho al azar. 

Porque como bien dice la filosofía panda: “Uno siempre encuentra su destino en el camino que toma para evitarlo”. Le tengo miedo al abandono y a un “ya no te quiero más”. Odio al pasado por sus estragos, lo amo por lo que me dejó ser. No quiero atraer lo que detesto con tan solo pensarlo. 

Se aceptan propuestas para dejar estacionada la máquina del tiempo (en el desierto de preferencia). Quiero gritar todos los días: ¡AMO MI PRESENTE!


No hay comentarios:

Publicar un comentario