domingo, 1 de enero de 2012

Se fue

El año se sintió y mucho. Se sintió más el abandono, el desempleo, la frustración, los golpes, la alegría y las mariposas en la panza. Los tacos y las quesadillas tuvieron más efecto, el calor derritió muchos hielos en cubas. Los conciertos se llenaron más y mi estrés por las multitudes se vació. Facebook y Twitter dejaron de ser simple diversión para ser un motivo por el cual levantarse todos los días y ganarse la papa.

Amigos se fueron, pero sé que volverán. Amigos llegaron y jamás quiero que se vayan. Noticias embarazosas, noticias vestidas de blanco, noticias con listones negros. Hace un año había incertidumbre, cartas rotas, muchos "buuuus" atorados. Lo afirmo severamente, los meses que siguieron fueron algo tormentosos, me desconocí en muchas ocasiones, y a veces sigo sin reconocerme, más aún hay rostros que veo todos los días y me son tan extraños.

El año parecía un sueño, pero literal un sueño, con esa sensación de caminar en un lugar conocido y al mismo tiempo extraño. Llegaron muchas cosas buenas, pero en ocasiones engrandecí las malas, como una malsana adicción al auto compadecerme. Bueno, dicen que el primer paso es aceptarlo. Hoy quiero sanarme.

El 2011 ya se fue con todas esas escapadas a Uxmal y División del Norte, con todos sus check ins en Montes Pirineos, se fue, así, con malos entendidos, berrinches por salidas tarde. También se fue un acontecimiento importante: El comienzo de una nueva era, la de los saurios (con perrosaurio incluido), pero viene lo bueno, el "continuará".  ¡Uuuuy! se fue también el 11-11-11.

Sí, fue un año tormentoso, pero trajo empleo, seguridad, un chango, una pared roja, una nueva bicicleta, futbol, un nuevo entendimiento parental, control de calorías, una historieta en la pared, un hot dog, más voces por recordar (como la de una foca). Fue un año de cambios drásticos, de preparación, para comenzar de nuevo. Estuvo fuerte la capacitación, creo que todavía no se acaba.

En fin, nunca hago propósitos, no sé por qué. El 2012 parece ser un buen momento: Trabajar con la famosísima “actitud”, pero antes, googlear su significado. Adieu 2011. Rezaré porque el 2012 traiga punch.

Apapachos novoañeros.

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domingo, 1 de enero de 2012

Se fue

El año se sintió y mucho. Se sintió más el abandono, el desempleo, la frustración, los golpes, la alegría y las mariposas en la panza. Los tacos y las quesadillas tuvieron más efecto, el calor derritió muchos hielos en cubas. Los conciertos se llenaron más y mi estrés por las multitudes se vació. Facebook y Twitter dejaron de ser simple diversión para ser un motivo por el cual levantarse todos los días y ganarse la papa.

Amigos se fueron, pero sé que volverán. Amigos llegaron y jamás quiero que se vayan. Noticias embarazosas, noticias vestidas de blanco, noticias con listones negros. Hace un año había incertidumbre, cartas rotas, muchos "buuuus" atorados. Lo afirmo severamente, los meses que siguieron fueron algo tormentosos, me desconocí en muchas ocasiones, y a veces sigo sin reconocerme, más aún hay rostros que veo todos los días y me son tan extraños.

El año parecía un sueño, pero literal un sueño, con esa sensación de caminar en un lugar conocido y al mismo tiempo extraño. Llegaron muchas cosas buenas, pero en ocasiones engrandecí las malas, como una malsana adicción al auto compadecerme. Bueno, dicen que el primer paso es aceptarlo. Hoy quiero sanarme.

El 2011 ya se fue con todas esas escapadas a Uxmal y División del Norte, con todos sus check ins en Montes Pirineos, se fue, así, con malos entendidos, berrinches por salidas tarde. También se fue un acontecimiento importante: El comienzo de una nueva era, la de los saurios (con perrosaurio incluido), pero viene lo bueno, el "continuará".  ¡Uuuuy! se fue también el 11-11-11.

Sí, fue un año tormentoso, pero trajo empleo, seguridad, un chango, una pared roja, una nueva bicicleta, futbol, un nuevo entendimiento parental, control de calorías, una historieta en la pared, un hot dog, más voces por recordar (como la de una foca). Fue un año de cambios drásticos, de preparación, para comenzar de nuevo. Estuvo fuerte la capacitación, creo que todavía no se acaba.

En fin, nunca hago propósitos, no sé por qué. El 2012 parece ser un buen momento: Trabajar con la famosísima “actitud”, pero antes, googlear su significado. Adieu 2011. Rezaré porque el 2012 traiga punch.

Apapachos novoañeros.

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